La rocambolesca historia del edificio Astoria y sus múltiples usos

El edificio Astoria cumple 8 años cerrado. / T.M.

El edificio Astoria cumple 8 años cerrado. / T.M.

El 20 de enero de 1966, los cines Astoria comenzaban su andadura. Abrían sus puertas a los malagueños en un enclave privilegiado: a los pies de la Alcazaba y en una de las plazas más emblemáticas del centro. Nada hacía presagiar que casi cuatro décadas después, su edificio iba a estar envuelto en una rocambolesca historia que, por ahora, ha costado más de 20 millones de euros a la ciudad. Una historia en la que se han planteado un buen puñado de usos para una infraestructura que hoy sigue abandonada ‘sine die’, después de que el Ayuntamiento descartara esta semana una vez más su derribo sin plantear una alternativa.

Era el 9 de diciembre de 2004 cuando la sala echaba el cierre. Era una de tantas salas víctima de una reducción progresiva de los cines en la ciudad. La promotora propietaria del edificio, Grupo Baensa, planteó el primero de esos usos para el edificio: viviendas. El convenio con el Ayuntamiento planteaba la construcción del bloque de inmuebles de lujo, reservando los bajos a la Fundación Casa Natal Picasso y una inversión para mejoras en todo el entorno. El proyecto fue desestimado por la Junta en varias ocasiones y acabó desembocando en la compra por parte del Ayuntamiento. Más de 20 millones de euros para quedarse con el edificio. Fue en 2010.

Los principales usos

A partir de esa fecha, marcada en rojo en el calendario de la ciudad, sobre la mesa se han puesto un buen puñado de usos y planteamientos:

  • ‘Un museo de museos’. Es la propuesta con la que se presentó el PP a las elecciones municipales de 2011. Era la segunda fase de un proyecto, en el que, a corto plazo, se planteaba la rehabilitación para albergar diversas actividades culturales.
  • Un Centro de Arte Audiovisual, prometido por el PSOE en su programa electoral.
  • Derribo para la ampliación de la plaza. En su momento, el grupo municipal de IU lo propuso, uniéndose el propio concejal de Cultura, Damián Caneda, que, a la postre, fue desautorizado por el propio alcalde. Una decisión que también ha sido rechazada por los arquitectos malagueños a causa de su dificultad técnica y sus consecuencias indeseables para la zona
  • Ampliación de la Fundación Picasso. Es uno de los usos ‘fijos’. Se encontraba en el proyecto inicial de las viviendas y sigue estando en la mente del equipo de gobierno municipal. Hay que tener en cuenta que esta fundación tiene abiertos dos edificios en la misma plaza: el edificio de la Casa Natal y la sala de exposiciones.
  • Centro de Artes Escénicas: Es el proyecto que planteó en su momento una de las empresas, de origen alemán, que se mostró interesada en el concurso iniciado (y después descartado) por el Consistorio. Era un conjunto de espacios para la organización diversos eventos.

Tras la inversión millonaria y la posterior paralización del concurso público por falta de solvencia e interés, el edificio sigue estando ahí. Esta semana, el alcalde, Francisco de la Torre, ha vuelto a descartar su derribo y ha insistido en el uso cultural. Sin embargo, no ha dado fechas para su rehabilitación y puesta en uso ante las dificultades económicas actuales.

Vecinos y negocios

Los vecinos y negocios de la zona llevan años esperando la solución a una rocambolesca historia de la que aún no se ha escrito el último capítulo. “La inversión del Ayuntamiento hay que rentabilizarla, pero después de todo este tiempo, presentar un proyecto, sacarlo a licitación y demás lo seguirá alargando”, explica María José Soria, presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro Antiguo.

Muchos de los negocios hosteleros de la zona, eminentemente turística, reclaman una solución que suponga un revulsivo para una de las plazas emblemáticas del centro de la ciudad.

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Redacción de TerritorioMalaga.com

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