Las salas de cine en el centro: barco lleno, barco vacío

El Cine Albéniz es uno de los dos que aún se mantienen en el centro. / T.M.

El Cine Albéniz es uno de los dos que aún se mantienen en el centro. / T.M.

Corría septiembre de 1896. La ciudad de Málaga se sacudía los efectos de una dura crisis económica y muchos empezaban a ver en el turismo una salida interesante. En ese mes, la calle Larios vio nacer la primera sala de fotografía animada. Se inauguró en el antiguo hotel Victoria y era el comienzo de lo que sería la historia del cine en la capital. Desde esos primeros pasos hasta hoy, el panorama ha cambiado de forma radical. De ser una ciudad donde el cine era el ‘rey’ de la cultura popular a tener apenas un puñado de salas. Barco lleno, barco vacío.

Según la historiadora y exdirectora del Archivo Municipal, María Pepa Lara, la primera sala que abrió sus puertas lo hizo entre el 3 y el 15 de septiembre de ese 1896. Fue ahí cuando se inauguró el ‘Kinetógrafo Werner’, es decir, una modalidad de cine basada en la fotografía animada. Se produjo en medio de una situación económica convulsa, con una reducción en la población y en la actividad de la capital.

Ese fue solo el precedente de una relación muy intensa entre el centro de la ciudad malacitana y el cine. La primera sala se inauguró dos años más tarde, en julio de 1898. Pero no fue hasta los primeros años del siglo XX cuando se abrieron espacios permanentes, que se unían a los teatros como el Principal o el Cervantes. La primera gran infraestructura fue el Cine Moderno, ubicado en la calle Don Juan de Austria, que inició su actividad en 1913.

A mediados de siglo, en la zona centro de la capital malagueña llegó a haber hasta trece cines abiertos, con temáticas distintas y públicos dispares. A partir de la década de los 60 llegaron los primeros cierres destacados y a finales de los 70, la moda de los multicines, con la apertura del Aleixandre I y II.

Los Cines Victoria, abandonados desde 2004. / T.M.

Los Cines Victoria, abandonados desde 2004. / T.M.

Hoy, muchos años después, sólo sobreviven las trece salas con las que cuentan los multicines del centro comercial Vialia y las del clásico Cine Albéniz, en calle Alcazabilla. La última ‘víctima’ fue las salas del cine Larios, que echó el cierre ante las dificultades económicas para sobrevivir.

Las cifras de recaudación

Esta reducción importante no es, en absoluto, excepción entre el resto de capitales. Pero las cifras no dejan lugar a dudas de este cambio. La ‘sangría’ de espectadores está siendo más que evidente. Según las estadísticas anuales del Ministerio de Cultura, las salas malagueñas -de toda la provincia, pues los datos no están desagregados por ciudades- registraron 5,06 millones de espectadores. Sólo seis años después, la cantidad se rebajó un millón. En 2011, último año disponible, el número de personas que pasaron por los cines de Málaga se quedó por debajo de los 3,5 millones, la más baja con diferencia.

Los cambios de hábitos en las familias en un primer momento -el cine pasó de ser la única alternativa de ocio para el pueblo a una más en una amplia oferta- y la explosión de lo digital (tanto con las descargas ilegales como con el consumo de contenidos desde la Red) han sido factores determinantes.

Los festivales

Ese poso cinéfilo en Málaga se ha visto reflejado no tanto en las salas, pero sí en el crecimiento de festivales cinematográficos en los últimos años. El fundamental es el de cine español, que en 2013 celebrará su decimosexta edición con unas cifras de participación ‘in crescendo’ (en 2012 se incrementó un 20 % la recaudación).

Sin embargo, también hay otros como el Festival de Cine Francés, que ya acumula 18 ediciones organizado por la Alianza Francesa de Málaga, o el Festival de Cine Fantástico, que comenzó su andadura en 1990 en la Universidad.

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Redacción de TerritorioMalaga.com

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