El Ejido y su infructuosa batalla por el aparcamiento

El problema del aparcamiento, principal 'quiebradero de cabeza' para los vecinos. / T.M.

El problema del aparcamiento, principal ‘quiebradero de cabeza’ para los vecinos. / T.M.

Hace años podía parecer para muchos una leyenda urbana. Triples filas de coches aparcados junto a las facultades del campus de El Ejido sin freno para poder ‘moverlos’ al antojo de quien necesitaba salir a media mañana. Resultó que lo que podía ser una broma, se convirtió en realidad. Y con el paso de los años, el problema se ha ido agravando. Tanto que los vecinos de este barrio lo señalan como uno de los principales quebraderos de cabeza. De hecho, es el motivo por el cual, en cierta manera, el barrio está aislado en el transporte público, pues la línea 37, única que conecta con el centro, sigue sin poder entrar en el interior por las dificultades para circular por algunas de las calles.

“No hay aparcamiento, no existe, encontrar un sitio en un día laborable para los vecinos es casi imposible”, explica José Pérez, presidente de la Asociación de Vecinos ‘Lex Flavia-El Ejido’. A partir de las nueve de la mañana aparecen en calles aledañas a facultades triples filas de coches que no sólo reducen las posibilidades sino que entorpecen la circulación al resto.

No hay aparcamiento, no existe, encontrar un sitio en un día laborable para los vecinos es casi imposible

Este es un problema ya crónico del barrio que en los últimos años no sólo no se ha resuelto, sino que se ha agravado. Muchos de los estudiantes y miembros de la comunidad educativa del campus, formado por dos facultades, la escuela técnica de Arquitectura y otras instalaciones como el Paraninfo y el Pabellón de Gobierno, acuden a diario en su vehículo propio. Desde el colectivo vecinal se recuerda que la inmensa mayoría de los coches llegan con uno o, en el mejor de los casos, dos personas. Eso hace que las necesidades de aparcamiento hayan ido ‘in crescendo’ y sea casi imposible responderlas.

Consecuencias en el transporte público

Hace varios años, el Ayuntamiento habilitó un aparcamiento público en unos terrenos municipales en la calle Julio Mathias y construyó, a través de una concesión, otro parking, cuyas más de 200 plazas fueron vendidas entre los residentes. Hoy sigue siendo insuficiente para los vecinos. Pero, además, a ello se une otro agravante: “El barrio de El Ejido es el aparcamiento público del centro de Málaga”. Se lamenta el vicepresidente de la asociación, que recuerda que en eventos señalados como la feria o la Semana Santa sus calles son utilizadas por muchos para dejar sus vehículos. “Es el problema más grave que tenemos en el barrio”, sentencia.

El barrio de El Ejido es el aparcamiento público del centro de Málaga; es el problema más grave que tenemos

¿Las consecuencias? No sólo están las molestias para los residentes en la zona. También tiene ‘daños colaterales’ en el transporte público. Los problemas para circular por las calles aledañas a las facultades, por las dobles y triples filas de coches aparcados, acarrean el aislamiento del barrio por autobús. La línea 37, que es el único que los une con el centro, no llega a entrar en muchas zonas por esa imposibilidad para circular. Los vecinos llevan años batallando sin éxito. “Nos dicen que mientras los estudiantes no sean reubicados no podrá entrar”, explica José Pérez.

Sin noticias del traslado del campus

Campus de El Ejido.

Campus de El Ejido.

Los más de 6.000 alumnos que cursan sus estudios en los centros del Campus de El Ejido seguirán por un tiempo. La crisis económica ha hecho que no existan fechas ni plazos para la reubicación en la zona de Teatinos. Es más, aún no está claro que los centros que hoy tienen sus puertas abiertas en el barrio se cierren.

Entre el colectivo vecinal hay división de opiniones. Son conscientes de la riqueza que genera la presencia de los estudiantes y la comunidad educativa en el barrio (alquileres, negocios en la zona, más actividad cultural y social), pero también señalan algunas incomodidades, como la del aparcamiento. “Pero, de todas formas, compensa”, admite el vicepresidente.

Un número importante de los más de 5.000 vecinos del barrio, que limita con Fuente Olletas, Las Lagunillas y La Merced y Capuchinos, tienen o han tenido alguna vez relación con la Universidad. La edad media de estos residentes es alta y “muchos son o funcionarios o profesores universitarios y de instituto”, explica José Pérez, quien lamenta que se trata de una vecindad “poco activa, muy distinta a zonas como El Perchel o La Trinidad”.

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Periodista. De origen jienense, pero con vida malagueña. El optimismo, mi mejor arma.

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