Arrabal, el ‘timón’ para muchas familias con problemas

  • Decenas de voluntarios colaboran en programas de inserción o formación a personas en riesgo de exclusión del colectivo

  • Mantienen su labor, pese a la deuda de casi 600.000 euros con la Junta

Niños en el programa de refuerzo escolar del colectivo. / Arrabal

Niños en el programa de refuerzo escolar del colectivo. / Arrabal

Los recursos escasean y la labor social de muchos colectivos se convierte en el principal ‘bastón’ en el que apoyarse para muchas personas en riesgo de exclusión. La de la Asociación Arrabal lo es para muchos vecinos del centro de la capital malagueña y, especialmente, del deprimido barrio de La Trinidad. Ni los recortes de las ayudas públicas (la Junta acumula una deuda de más de 600.000 euros) han podido con la fuerza de este grupo que trabajan con personas en riesgo de exclusión social y exreclusos. En 2012 fueron atendidas cerca de 10.000 personas.

Un pequeño local de calle Sevilla, justo en el límite que separa los distritos Centro y Bailén-Miraflores, pasa algo desapercibido entre la actividad de La Trinidad. Nada hace pensar que se trata de un pilar fundamental para muchas familias malagueñas con problemas. Dentro, una quincena de trabajadores y varias decenas de voluntarios trabajan para hacer la vida más fácil a quien perdió el empleo hace mucho tiempo, a quien tiene serios problemas para llegar a fin de mes o a quien lucha a diario por redimirse de un error en el pasado.

“Me han motivado, me han cambiado el chip; hasta ahora creía que era una inútil, una fracasada porque había perdido mi empleo y colaborando aquí me siento feliz”. Son las palabras de Loli Pimentel, de 51 años, que intercala pequeños contratos en Correos con largos periodos de inactividad laboral. Ella sigue buscando empleo y esa búsqueda la combina con la ayuda en Arrabal, donde no sólo echa una mano a personas en riesgo de exclusión social a incorporarse al mercado laboral. También asume el rol de ‘mamá’ en el piso que gestiona el colectivo para cuatro personas sin hogar.

Me han motivado, me han cambiado el chip; hasta ahora creía que era una inútil, una fracasada porque había perdido mi empleo y colaborando aquí me siento feliz

Loli es uno de esos 45 voluntarios que arriman el hombro a diario para poner un granito de arena y seguir siendo ese ‘bastón’, ese ‘timón’ para las familias. A ellos se suman 16 personas trabajando en plantilla, una cifra muy inferior a la de hace tan sólo un par de años. ¿La razón? Los impagos del Gobierno andaluz, que ya suman más de 600.000 euros, fundamentalmente por los programas de inserción laboral.

¿Cuál es su labor?

Personas consultando ofertas de empleo en el colectivo. / T.M.

Personas consultando ofertas de empleo en el colectivo. / T.M.

Ese piso destinado a personas sin hogar es tan sólo uno de los programas con los que Arrabal, declarada de utilidad pública estatal hace más de dos años años, contribuye a que las familias recuperen el camino de nuevo. El área de inserción es una de las fundamentales, con varios programas que van desde el servicio de acompañamiento laboral para personas reclusas, hasta sesiones grupales semanales sobre recursos de empleo europeos o de orientación. En este grupo destaca la iniciativa nueva que se estrenará a mediados de febrero: #Empleándote, con varios seminarios dedicados a la búsqueda de empleo, Internet o el emprendimiento.

De forma paralela, la formación también es otro de los pilares en la acción social de la asociación. En febrero comienzan un curso de creación de empresas y autoempleo, en colaboración con el Servicio Andaluz de Empleo y a lo largo de este 2013 pondrán en marcha otros tres a través del Programa Reincorpora de La Caixa. ¿Lo importante? Que tras adquirir los conocimientos y ponerlos en práctica en empresas hay una ‘reversión’ en la sociedad: los alumnos deberán ser los profesores de otros colectivos y transmitir todo lo conseguido.

Pero, quizás, la parte más ciudadana sea la de dinamización social. No sólo se incluyen actividades culturales con los vecinos, fundamentalmente, de La Trinidad, sino también el programa Caixa por Infancia con familias ‘trinitarias’ en riesgo de exclusión. Mientras que los menores reciben un refuerzo escolar y apoyo psicológico, los padres asisten a una Escuela de Familia donde asumen pautas para resolver conflictos e integrarse en un barrio con innumerables problemas.

Los beneficiados

El pasado año 2012 se beneficiaron de estos programas e iniciativas casi 10.000 personas. El 2011 fue el del repunte, con un crecimiento del 20 % en los usuarios. ¿Por qué? Dos factores fundamentales: el empeoramiento de la situación económica y la reducción de los recursos a los que acudir por los recortes en las administraciones. Lo explica el responsable de Comunicación de Arrabal, Francisco Palma, uno de los trabajadores que se han convertido en voluntarios tras los despidos de meses atrás: “Servicios como Andalucía Orienta no están funcionando al mismo nivel, los cursos de formación han sufrido un bajón… Y la gente está bastante perdida y también desmotivada”.

Servicios como Andalucía Orienta no están funcionando al mismo nivel, los cursos de formación han sufrido un bajón… Y la gente está bastante perdida y también desmotivada

Y en el momento de mayor demanda es cuando el apoyo de la administración desaparece. Las ayudas del programa de inserción laboral (subvencionado públicamente) no se han cobrado y hoy los impagos ascienden a 600.000 euros. Esta es una de las consecuencias de esta crisis económica, que se une a las dificultades para poner en marcha el ansiado Centro de Emprendimiento Social por el colectivo o a la ‘caída’ de la empresa de inserción de reclusos Aidei que, tras un año con una tienda y un taller de ropa abierto, ha tenido que suspender su actividad.

Pero, Loli, que, pese a las dificultades, regala sonrisas por doquier, ya le mete el ‘gusanillo’ a su hija que cursa la diplomatura en Educación Infantil. Piensa ya en colaborar en las clases de apoyo a los menores en riesgo de exclusión. La rueda no para y, aún con obstáculos muy complicados de salvar, Arrabal no desiste de ser el timón para muchas familias malagueñas del centro.

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Redactor

Periodista. De origen jienense, pero con vida malagueña. El optimismo, mi mejor arma.

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