“En La Malagueta nos sentimos discriminados”
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Vecinos reclaman equipamientos sociales y un espacio para actividades de los residentes
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Critican duramente los nuevos chiringuitos que se construyen en el paseo marítimo
Es uno de los barrios más al sur del distrito centro. Vive a los pies de la playa y con una ubicación envidiada y privilegiada. Durante años La Malagueta fue una de las zonas más destacadas de la ciudad. Hoy sus residentes son malagueños veteranos que se sienten “discriminados” respecto a otros barrios. La ausencia de equipamientos sociales para una población envejecida y de un espacio para actividades del colectivo vecinal son los principales motivos que señalan desde la Asociación de La Malagueta. Reclaman la utilización del Cuartel Militar en el Paseo de la Farola como gran contenedor para todos esas infraestructuras que reclaman.
Ni los solares abandonados, ni los edificios deshabitados y en estado de semirruina, ni siquiera los obstáculos económicos causados por la crisis son dificultades que acucian con fuerza a La Malagueta, como sí lo hace en otras zonas del distrito centro. El fundamental problema que señalan los vecinos es la falta de infraestructuras sociales destinadas a una población que es mayor en un alto porcentaje. “Faltan servicios para atender a los mayores: no hay centros de día, ni de mayores, ni de salud… Los vecinos del barrio tienen que ir al del Limonar”, lamenta Dolores Navas, presidenta del colectivo. A ello, suma la existencia de una sola línea de bus en la zona, la número 14, tras la salida del C-2, “que permitía a muchos residentes acudir al Hospital Civil”.
Faltan servicios para atender a los mayores: no hay centros de día, ni de mayores, ni de salud… Los vecinos del barrio tienen que ir al del Limonar
Como ejemplo de esa ausencia de instalaciones, el colectivo recuerda que, frente a otras asociaciones que sí tienen sedes y centros cedidos por el Ayuntamiento para su explotación, ellos han de pagar el alquiler de un piso para disfrutar de la suya. “Otros vecinos tienen sus grandes espacios y aquí no tenemos nada”, advierte Dolores, quien lamenta que ni el Ayuntamiento ni la Diputación, que cuentan con inmuebles en la zona, han ofrecido espacios. Por él pagan, en pleno paseo marítimo de Melilla, unos 600 euros.
El antiguo Gobierno Militar
Sueñan con la ocupación del antiguo Gobierno Militar, con unos 2.000 metros cuadrados abandonados en pleno Paseo de la Farola. En un primer momento fue señalado por el Ayuntamiento como la sede ideal para el Museo Marítimo, algo que fue desechado. Se trata de un edificio con grandes posibilidades que, según Dolores, “acogería todos los servicios que pedimos”. Sin embargo, las instalaciones permanecen cerradas a cal y canto y sufriendo un progresivo deterioro.
Es algo que indigna a los vecinos: “Es un agravio comparativo con barrios como Segalerva, donde el cuartel ha sido reconvertido en centro ciudadano precioso para los vecinos”. En este sentido, Dolores se pregunta si en unas ubicaciones sí se pueden firmar convenios con los militares y en otros no. “O no se ha intentado o no se tiene la más mínima voluntad para ello”, sentencia.
Es un agravio comparativo con barrios como Segalerva, donde el cuartel ha sido reconvertido en centro ciudadano precioso para los vecinos
Pese a señalar la falta de infraestructuras para los vecinos como principal reivindicación, el colectivo vecinal no se olvida del mantenimiento de algunas de las calles de un barrio muy visitado por turistas. Dolores señala las aceras “destrozadas” en pleno paseo marítimo o la falta de reposición de árboles en jardines como algunos de los aspectos que se han de mejorar en toda la zona.
Los chiringuitos
El de los equipamientos públicos es uno de los principales ‘caballos de batalla’ de los residentes en La Malagueta. Otro de ellos es el de los nuevos chiringuitos que se están construyendo en el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso. “Eso no son chiringuitos, son un restaurante puro y duro”, advierte de forma gráfica la líder vecinal. Se trata de instalaciones que se están construyendo en sustitución de algunas antiguas y que están despertando el rechazo por parte de los vecinos. “Se ha perdido el encanto del chiringuito de playa de siempre, con una estructura bonita, de madera…”, reconoce Dolores.
Junto al impacto visual de estas infraestructuras que se levantan en plena playa, señalan un problema derivado: el carril bici. “Nos habían dicho que iba por ahí, por la arena, que ya estaba suficientemente apelmazada como para circular… Pero con esos muertos, el carril bici no va a poder discurrir por ahí”, señalan.
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