El Astoria será derribado tras el desembolso municipal de 20 millones
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El Ayuntamiento anuncia que se construirá uno nuevo, cuyos usos no tendrán por qué ser exclusivamente culturales
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Vecinos apuestan por una infraestructura social para el centro
Ni rehabilitación, ni uso exclusivamente cultural. El futuro del actual edificio de los cines Astoria-Victoria pasa por el derribo, tras 20 millones de euros de inversión municipal, y por abrir el abanico de destinos. El Ayuntamiento ha confirmado hoy que estas son las dos nuevas premisas que se han impuesto en la redacción de un pliego de condiciones que tendría que estar listo antes del verano. Los vecinos del centro antiguo apuestan por una infraestructura de carácter social para los residentes de esta zona.
Dos años y medio y 20 millones de euros de inversión después, el Ayuntamiento habla ya abiertamente de demolición del edificio. El alcalde, Francisco de la Torre, ha confirmado esta mañana que la rehabilitación para albergar un uso cultural, entre otros la ampliación de la Fundación Picasso, ya es historia. El propietario privado que se quede con la concesión deberá derribar las instalaciones, en un deteriorado estado, para construir otro nuevo edificio.
En todo este tiempo han sido muchos los usos que se han planteado no sólo por el equipo de gobierno sino por los partidos de la oposición y por algunos colectivos. Un ‘museo de museos’, un Centro de Arte Audiovisual, la ampliación de la Fundación Picasso o un Centro de Artes Escénicas. Incluso, el propio concejal de Cultura, Damián Caneda, apostó por su derribo, lo que hizo que el primer edil le desautorizara públicamente.
Sin uso estrictamente cultural
Al margen de la demolición, todos esos destinos tenían un nexo de unión claro: la cultura. Ahora, ese principio que, en su momento, era inquebrantable se diluye. No en vano, el alcalde ha dejado la puerta abierta a un uso “lo más cultural posible o lo más interesante desde el punto de vista turístico”. En una entrevista a Europa Press, Caneda, habló de actividades mercantiles con centros comerciales como Fnac o El Corte Inglés.
De esta forma, las dos premisas con las que se partía tras una polémica operación, de la que aún hay flecos legales sueltos, desaparecen para ponerlo más fácil a la iniciativa privada. La única condición clara es que el propietario deberá afrontar el derribo y la construcción de un nuevo edificio en el que se destinará la primera planta a la ampliación de la Fundación Picasso, con una sala de exposiciones y un centro de estudio.
El contrato, para verano
Pese a que el peaje pagado por la capital malagueña hasta ahora supera esos 20 millones de euros, este nuevo proyecto no estaría exclusivamente sufragado por la empresa privada. Al menos, eso se desprende de las palabras de De la Torre, que hablaba de una colaboración público-privada en el que sería “protagonista” la inversión privada, pero no exclusiva.
El Ayuntamiento sigue redactando el pliego de condiciones, tras contactar con varios grupos interesados, mientras el edificio sigue deteriorándose. En los últimos días, Urbanismo se vio obligado a contratar unas obras de reparación de urgencia de algunos de los elementos de la fachada ante el riesgo evidente para la seguridad de los viandantes en la plaza. El concurso público debe estar, según la nueva planificación municipal, para verano.
Si esa era la vía, no entiendo por qué todo este tiempo y tanta historia con el edificio
Centro social para los vecinos
Y ante este nuevo viraje, ¿qué dicen los vecinos? “Si esa era la vía, no entiendo por qué todo este tiempo y tanta historia con el edificio”. Así de clara se muestra María José Soria, presidenta de la Asociación de Vecinos Centro Antiguo, quien cree que se habría ahorrado mucho más tiempo si se hubiese decidido su derribo hace tiempo.
Desde el principio, los vecinos apostaron, como otros grupos políticos como IU y algunos arquitectos, por el derribo para ampliar la plaza de La Merced y la construcción de un jardin. Esa propuesta es completada por el colectivo con un aparcamiento para autobuses turísticos, con el que se llevaría a los visitantes hasta el corazón de la almendra del centro histórico. “Si fuera un jardin, sería el más caro de toda España, con lo que se ha pagado por el edificio”, precisa.
Sin embargo, ahora, después de todo este tiempo, contemplan una opción más beneficiosa aún, según ellos, para los residentes del centro: una infraestructura de uso social. “Un lugar para reuniones, un centro de día para mayores… Un lugar que pudieran disfrutar los vecinos y malagueños del centro”, explica María José, quien recuerda que esta zona carece de infraestructuras de este tipo.
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