¿Llegó la hora de Trinidad-Perchel?

  • El colectivo Asoma, liderado por arquitectos, diseña una Agenda21 con medidas para revitalizarlo
  • La recuperación de espacios degradados, el uso de solares para equipamientos sociales de bajo coste o la potenciación de la “vida de barrio” entre sus prioridades
Reunión con los vecinos de Trinidad-Perchel.

Reunión con los vecinos de Trinidad-Perchel.

Es la pregunta que se hacen muchos vecinos de Málaga que han asistido durante los últimos años a la degradación de dos de los barrios más señeros de la capital y del centro. ¿Llego, realmente, la hora de Trinidad-Perchel? Para demostrar que es necesario que así sea, el colectivo Asoma, liderado por arquitectos y que apuesta por un desarrollo urbanístico sostenible, elabora una Agenda 21 repleta de medidas para revitalizarlo. La recuperación de espacios degradados, el uso de solares para equipamientos sociales de bajo coste y la potenciación de la vida vecinal son algunas de las iniciativas que se incluyen en un documento que está en la última fase de elaboración.

Es una zona catalogada como vulnerable por Fomento desde hace más de dos décadas. Los solares abandonados, los problemas sociales, la falta de equipamientos públicos, la degradación urbanística castigan a Trinidad-Perchel. Para tratar de diseñar una hoja de ruta con la que mostrar el camino hacia una ansiada recuperación por parte de los vecinos, el colectivo Asoma lleva meses trabajando en un documento que está perfilándose para presentarlo en mayo.

Quién lo lidera

Asoma es el resultado de Arquitectura, Sosteniblidad y Medio Ambiente. Se trata de un colectivo de arquitectos malagueños que apuestan por un desarrollo urbanístico sostenible. Son quince profesionales cuyo primer trabajo ha sido diseñar esta Agenda 21 para ambos barrios del distrito centro.

Todo arrancó el pasado año, en septiembre, con el primer taller de participación en el barrio. Se celebró en la Asociación Arrabal y en ella escucharon todas las reivindicaciones y necesidades de los vecinos. A partir de ahí este grupo de profesionales se lanzó a elaborar un documento donde se analizaran las fortalezas y debilidades de esta zona y, sobre todo, proyectos de futuro que cambien su realidad actual.

Por qué Trinidad-Perchel

“Estos dos barrios se convierten en el objetivo perfecto de iniciativas y estudios como este. Es un barrio con muchos problemas pero, también, con mucho potencial, que a sus propios vecinos les cuesta detectar” , explica su presidenta, Coral de Vicente.

Es un barrio con muchos problemas pero, también, con mucho potencial, que a sus propios vecinos les cuesta detectar

Y, ¿por qué un documento de este tipo que ya se está diseñando para el resto de la ciudad? Coral lo justifica: “Creemos que estos planes deben ser más específicos y dedicados a barrios concretos y no a toda la ciudad… Porque El Limonar puede tener unas necesidades y Trinidad-Perchel otras muy distintas”.

Principales problemas y medidas

La esquina de calle Trinidad con Jaboneros. / T.M.

La esquina de calle Trinidad con Jaboneros. / T.M.

La degradación social y urbanística es uno de los grandes problemas. Una tasa de analfabetismo o ausencia de estudios entre la población de más de 16 años está en el 23 % (el valor medio de la ciudad es del 14%); un desempleo que afecta al 50% de la población, una cifra de viviendas en estado de degradación elevada o ruinos que asciende al 5% (el doble que la media malagueña); una cantidad enorme de solares y terrenos sin edificar; un déficit importante de zonas verdes (0,04 metros cuadrados por habitante, frente a los 1,5 de toda la ciudad)…

Ante este panorama, el colectivo Asoma señala en su estudio la recuperación de la actividad como barrio y la interacción de los vecinos y de los espacios públicos y solares como prioridades. “Hay que convertir espacios, públicos y privados, en puntos dinámicos de atracción pública… Lugares de encuentro, donde puedan socializarse”, explica Alberto Rodríguez, vicepresidente de la asociación, quien recuerda que la gente hoy “no quiere participar de la vida del barrio, porque no hay lugares para esa participación”.

La gente no quiere participar de la vida del barrio, porque no hay lugares para esa participación

Desde cines de verano aprovechando las medianeras en algunos solares, la disposición de huertos urbanos para la autogestión de los vecinos o la puesta en marcha de una escuela taller pasando por rutas turísticas para poner en valor los corralones y el importante patrimonio histórico-artístico de la zona o la recuperación de espacios públicos como la tradicional y castigada Plaza de San Pablo. Muchas son las medidas, con un coste contenido, para tomar el pulso social al barrio.

En cuanto a la degradación de los edificios, el colectivo señala la importancia de la rehabilitación frente a las demoliciones que se han repetido en los últimos años. En este sentido, señalan un dato: se calcula que el ahorro económico que supone rehabilitar un edificio de más de 30 años frente al derribo y la construcción de uno de nueva planta es del 60 %.

El futuro

Todo este programa de medidas será presentado a los vecinos del barrio en un acto a lo largo del mes de mayo. El presupuesto bajo de muchas de las iniciativas plasmadas y la posibilidad de priorizar y dividir en fases hace que, según ellos, sea factible y pueda ser asumido por las administraciones públicas.

Tras esta presentación, Asoma se pondrá a disposición de otros profesionales, relacionados con el urbanismo sostenible o no, que quieran unirse. El objetivo es, según explica Alberto, construir una plataforma profesional, un “foro de conocimiento, debate y participación en la sociedad a través de propuestas y proyectos concretos”.

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Sobre el autor

Redactor

Periodista. De origen jienense, pero con vida malagueña. El optimismo, mi mejor arma.

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